jueves, 1 de febrero de 2024

“Ratones de biblioteca”


 “Ratones de biblioteca”

Cuando en verdad se quiere estudiar, nada lo puede limitar, pues se suelen encontrar recursos que otros suelen olvidar…


En aquellos años, ser universitario era un reto diario, no solo por lo que planteaba la economía, sino también la situación sociopolítica del país. En esos años en que Google no era la panacea del conocimiento, las bibliotecas eran de la investigación uno de los cimientos. El copy and paste, era copiar los textos o formulas en el cuaderno  y memorizarlos, para luego desarrollarlos.


Muchos estudiantes apenas con lo del bus, recurrían a las bibliotecas para estudiar, pues comprar los libros de texto ni siquiera entraba en el presupuesto.

La facultad de ingeniería tenía(y tiene en la actualidad) una biblioteca muy completa y bien organizada, pero por la demanda de ciertos libros y trabajos de tesis muchas veces no estaba disponible, por lo que caminaba a la biblioteca central de la universidad, para buscar libros afines o los que daban como material de consulta en los cursos.


Y allí se mantenía uno de uno biblioteca a otra, para poder estudiar, no solo para el examen sino para desarrollar ese criterio con que todo ingeniero debe de contar. Se nos pasaban las horas, hasta que casi nos sacaban pues estaban por cerrar y uno con tantas asignaturas pendientes por estudiar.

Luego vinieron las fotocopiadoras que en algo ayudaban, pero las que uno podía pagar, con sumo cuidado las debía de tratar, pues si se les pasaba la mano se borraban o las copias eran poco legibles. 


Y en el caso particular, de quien estudia ingeniería, las matemáticas, la física, la química y otros cursos no se aprenden memorizando, ni anotando, sino ejercitando la capacidad de razonar y resolver problemas con los conceptos, ecuaciones, etc que uno aprendía. Pues como un ingeniero decía: Estudiar ingeniería es desarrollar la imaginación y el ingenio.

Oxwell L’bu copyrights 2024

#biblioteca

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