“En la pila pontificia”
Casi cerrando ese ciclo de la adolescencia, sin haber superado la demencia, un día pisé el suelo sagrado, de la Real y pontificia, hoy tricentenaria universidad de San Carlos de Guatemala.
Con esos sueños de muchacho, que suenan a utopías y con esas ocurrencias tan mías, ingrese a la facultad de ingeniera y no tarde en sudar ecuaciones y transpirar soluciones.No sin antes ser bautizado en ese pila pontificia, que es testigo ocular de tantos sueños y metas alcanzadas,así como también de inicios de carreras frustradas.
Disfrute cada etapa y por mas que me aplique en cada curso, no tarde en aprender que en la facultad, no se trata de memorizar sino de razonar, no es solo el resolver problemas, sino adquirir criterio. Me aplique para no hacerme decano en sus aulas facultativas, pero sin prisa, porque quería vivir y disfrutar esa etapa de mi vida.
El día en que aprobé, el examen general privado, nuevamente me bañe en las aguas, de la pila pontificia, allí nació Oxwell,por esas ocurrencias de mis compañeros. Aquella sería la última vez que me sumergía en sus agua. Pues la tradición dicta, que a sus aguas han de ir los de nuevo ingresó,cuando obtienes la nota perfecta en los cursos que más retan y al aprobar el examen privado y en ella beberte un octavo.
Si esa pila, pudiera hablar,cuantas cosas nos podría contar...
Oxwell L’bu copyrights 2020 
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